sábado, 25 de agosto de 2007

Quiero...


Desearía saber en qué sueño me sumerjo ahora....
Sombras vienen y van,
danzando al compaz de diminutos destellos de luz...
¿Realmente bailan para desvanecer la tristeza?
¿O sólo quieren causar temor?
Desearía oler la esencia oculta a través de los muros,
Pero caigo presa de la delicia anhelada...
Deliro, murmullo, te llamo...
Pero ¿Quién está ahí?
Maldita cortina negra...
Quiero la brisa invisible
Pero presente, palpable, alborotadora...
Quiero el peligroso ardor del fuego
Pero haciendo los nervios retorcer...
Quiero el abismo negro
Pero con el vertiginoso caer...
Quiero la vida
Pero con la promesa de la muerte...
Quiero el alma desnuda
Pero con el abrigo de los brazos fuertes...
Amo mi sueño...
Pero quiero despertar y ver la realidad...

viernes, 1 de junio de 2007

domingo, 13 de mayo de 2007

¿Quién eres tú?

¿Quién eres tú?
Quién eres tú que vienes y me robas el aliento
Quien eres tú que sin motivo alguno, te robas mi querer
¿Quien eres tú? No te reconozco
Eres hielo y piedra
Soledad y silencio
Pasión y desenfreno
Eres la sombra en la oscuridad
No te veo, no te toco
Solamente te siento
¿Eres?... ¿realmente eres?
O quizás solo es un sueño…
Vete, vete, aléjate fantasma de mí
Pero no….
El fantasma soy yo
Soy yo quien no soy
Soy yo el ensueño encarnado
Duerme para que pueda verte
¿Has visto el amanecer de hoy?
¿Bailas?... ¿Cantas?... ¿Vives o mueres?...
No te preocupes, aquí ya no hay nadie
Solamente que el viento sopla…
¿Quién eres tú?
Eres la nada y el todo
Ambrosía robada de labios de otra
El dulce trago de la última copa
¿Quién eres tú?....

Cuando todo acabe...

Cuando todo acabe
Podré extender mis alas y alzar el vuelo hacia la nada,
Podré ser uno con el viento y sentirme libre.
Cuando todo acabe
Sabré quién fui y al fin seré quien quise ser…
Podré oír el leve murmullo del agua
Y sentir la suave caricia del fuego;
Libraré por fin mi alma de su gran prisión de hierro
Y desataré las cadenas que me atan a la armazón de mi cuerpo
Y en la eternidad de la nada descansaré por siempre
Y así ser uno con el cosmos y las almas heridas,
Me uniré al silencio de la aurora al amanecer
Y jamás volveré a sentir el dolor de la vida…
Cuando todo acabe…

Allí siempre...

Hoy me negué a dormir para no verte,
hoy quise soportar el peso sobre mis párpados
Y sobretodo en mi alma de permitirme conocerte
Más cerré mis ojos y allí frente a mí
Vi tu sombra sigilosa y frágil
Sentí tus labios fríos congelar mi mejilla,
El sabor amargo de tu boca
Se quedó prendado en mis huesos.
Ahí estás tu, escondido en el olvido
Para que te recuerde siempre....

Soñé

Soñé que tu bondad acaecía en mis brazos
Soñé con crepúsculos alunados en mi pecho
Soñé que alas fulgurantes salían de mis hombros
Sentí la brisa,
La humeante llamarada quemar mi piel
Soñé que la impecable blancura se prendía de tu rostro
Soñé la locura
Soñé con el fin de la muerte, lenta y desgarrante
Soñé el delirio..
Y soñé..

Liberame...

Duele que hagas nada,
Prefiero que me claves un cuchillo y lo retuerzas fuerte
Para que mi corazón sangre y el dolor me impida verte
Tu mejor arma es callarte para intrigarme
Y entonces sigo aquí, esperando tu furia
En cambio un viento apacible mece mi pelo
Tu serenidad se vuelve mi tormenta...
Deja que el sol salga de mi lado
Entonces,
No permitas que se oiga el cantar de los grillos...
Sólo corre....
Vete al Infierno...

jueves, 26 de abril de 2007

Perversamente Tú

Siento desgarrarme con tu sola presencia
Tu poder de sadismo no tiene límites...
Por favor no respires,
Tu solo aliento a miles de kilómetros penetra mi carne como cuchillo
¡Qué locura decirlo!
Si al menor movimiento sacas tus garras y haces jirones mi piel
¿Es el olor de mi sangre lo que te incita?
Derramaría mi líquido hasta quedarme seca para no sentir tu dolor
Tu mirada sombría, malévola se infiltra en mí cual mil agujas.
Ennegreces, opacas, deprimes... Y sólo te ríes descaradamente.
El peor de mis enemigos...
Matizarás todo de rojo hasta saciarte...
Espero que te canses pronto y caces tu próxima víctima.
Déjame conservarme angelicalmente obscura...

sábado, 24 de marzo de 2007

EL FANTASMA....

Muy lento la carne se vuelve polvo antes de serlo realmente,
los ojos ya no ven la sonrisa,
se convierten en negros huecos sangrantes de olvido,
polvo al polvo y el viento arrasa el recuerdo.
Labios carcomidos por el lánguido gusano de la indiferencia.
Tenues sombras vislumbran el fantasma arrinconado junto al cuerpo inerte,
Bebiendo su sangre helada en un afán de permanecer un segundo más
Pobre fantasma, etéreo, inmóvil, vacío…

martes, 13 de marzo de 2007

Yo, ¿Loca?

Hay días en los que me despierto con la mente muy inquieta, yendo y viniendo de un lado a otro con una inusitada facilidad, las ideas se forman y deforman en un mundo imaginario, es en una de estas ocasiones en la que me he preguntado ¿Cómo saber el límite entre la cordura y la locura? ¿Como saber si me estoy enloqueciendo de tanto pensar?.... He ahí el dilema… ¿quién ha dicho que pensar esto o aquello es de locos?.
Acaso es el tan llamado sentido común? Y si sólo se tiene un sentido que no es común a los demás sino, tan sólo a unos pocos?. La línea entre el delirio y la sobriedad es tan débil y casi indistinguible que me atrevo a dudar de cuantos cuerdos habrán o más bien, hubieron en el manicomio, que se enloquecieron allá, después de llegar, y no antes.

Claro que también suele clasificarse la demencia según la posición social del paciente, uno puede hacer y decir muchas cosas que a los demás le parezcan traída de los cabellos, pero si se tiene una posición mas o menos cómoda, podemos ser excéntricos en vez de locos, sólo por el hecho de que el bolsillo tenga la suficiente amplitud.

Mirar la frontera entre lucidez y locura es como mirar hacia el horizonte, donde hay mar, desde lejos se ve la división entre el mar y el cielo pero a la vez parece que estos dos siempre están unidos. La mente humana es tan compleja, tan inexplorada, que comúnmente, apenas si llegamos a usar el 10% de la potencialidad de ésta. Estamos tan bien puestos en tierra, tan aterrizados, que a veces el propio suelo sobre el que pisamos se hunde por el peso que ejercemos sobre éste. Pensar que a la mayoría de los hoy considerados genios, en su época, fueron considerados unos dementes irremediables, perseguidos por sus ideas descabelladas y sin sentido, ¿sin sentido?, ¿Quién se creerá tan sabio como para juzgar si algo tiene o no sentido? Acaso sea que el fulano o los peranos sean cortos de imaginación o de visión a largo plazo. Estamos tan malacostumbrados a dejarnos llevar siempre por la razón, por lo que podemos ver, por lo tangible, que cualquier cosa más allá de las narices es objeto inexistente, es cosa de locos.

Obviamente no estoy discutiendo en si es loco o no quien anda abstraído del mundo las 24 horas del día, aquel que prende fuego a todo lo que ve, o aquel que ha torturado y matado a cientos de niños, aunque, aquí por ejemplo, habría que considerar la cordura de algunos mandatarios de estado, o de los grupos armados al margen de la ley, porque nada me parece más absurdo, más primitivo, más animal, que andar matándonos los unos a otros, cuando todos, al fin y al cabo andamos buscando lo mismo, aunque sea por vías diferentes.

Pero no voy a entrar en discusión de índole política o social, me debato a mí misma es en como saber que se está acercando al umbral en el que se pierde la conexión, se rompe el lazo y se va perdiendo lucidez. Creo que más de uno de nosotros, ha pisado ese umbral o que quizá hay quienes pasan el umbral y tienen momentos de lucidez. Aunque no me atrevo a asegurarlo, no soy docta en psicología para aseverarlo.

Habemos tantos y tantos en este mundo del mismo género, misma especie, que a veces es inevitable parecernos. Además estamos llamados a ser seres sociales, y como tales, somos susceptibles a buscar pertenecer a grupos, a masas, a compartir ideologías y pensamientos. Pero al mismo tiempo, tan variopintos, que es a veces indescifrable saber si aquel es obsesivo compulsivo o esquizofrénico o demasiado perseverante.

Buscamos, entre la multitud, a pesar del instinto social, diferenciarnos, destacarnos entre las cabezas. Pero, ¿cuando esa diferencia de pensamiento, de sentir y de ver es tan abismal, o se acerca a él tanto, como para dilucidar locura?. Una cosa es ver lo que otros no, una de las cualidades de los líderes, pero otra, es estar fuera de cabales.
Aunque, quizá carecer de sentido común, de la suficiente cordura, es el camino necesario para ver las cosas de una manera diferente, para ser ingenioso, inventivo, futurista.

Quizá cruzar el límite, ver lo más oscuro de nuestra humanidad, sea la única forma de conocernos completamente, de escrutar más hondamente en la psique y aprender de nosotros mismos, de explotar algo más allá de ese 10%.

Pensándolo mejor, lo que hay detrás del espejo quizá a veces asuste, quizá aun a nosotros mismos se nos dificulte ver más allá, pero creo que podemos sentir miedo sin salir corriendo. Aún con las piernas temblando podemos avanzar poco a poco, cada vez yendo más lejos. No me imagino qué podría yo hacer si utilizara al menos 20 o 30% más que el de la media.

Eso me hace pensar en Gandhi, la madre Teresa, e incluso Hitler, creo que todos ellos apelaron a algo más que el sentido común cuando se abocaron a su causa y sin dudarlo, en todo continente se tiene conocimiento de ellos, algo que con certeza, todos quisiéramos. El poder de sus acciones, encaminadas por sus geniales mentes dejaron una huella imborrable.
Y, si algo que nos preocupe en demasía, es pertenecer tanto a la masa, que al final seamos indiferenciables entre todos, en cuyo caso, estaría en juego el reconocimiento de la existencia misma, que no puede estar más sino, en los ojos de los otros.

Se podría pensar en el caso en el que la existencia se viviera de manera individual, sin nadie más en el globo terráqueo o al menos, sin nadie más con el que se tuviera contacto, ¿quién más sería juez y verdugo que el individuo mismo?.¿Quién podría juzgar de inusual, alocado tal o cual cosa?. Como dice una singular frase “El cielo es el límite”. Pero también, ¿Quién sería testigo de que fuimos?.

He aquí quizá, la raíz de todo… solemos preocuparnos por ser mejores, por sobresalir, obviamente porque hay muchos más ojos que nos ven y nos reconocen como individuos capaces de hacer mas o menos, según nuestras habilidades. Pero, siendo de la misma especie con comportamientos tan símiles, hay que tener la mente despierta y avivar la llama para incentivar la diferencia en nosotros, luego, tampoco es loable conservarnos en un estricto marco estructural que nos contenga la mente, no hay que dejarnos apaciguar por lo ya hecho, por las comodidades y los entretenimientos, se supone, debemos darle sentido a nuestra vida, que en cierto modo, significa luchar por dejar huella, luchar porque el recuerdo se conserve perdurable más que un par de años en la memoria de otros.

A todas estas, ¿en donde encaja el límite de la cordura-locura?, pues precisamente en los otros, si no hubiera alguien que nos dijera que esto o aquello no es posible, que no es razonable, pues sencillamente lo sería, así fuera que nos pasáramos el resto de la vida viviendo en una encrucijada mental, en la imaginación, sería completamente válido para nosotros pues no hay quien dé testimonio que no lo sea.


Opto por creer que quien se “enloquece” o está en vía de hacerlo, no se da cuenta, porque sus acciones, son perfectamente válidas para él, su enajenación no es más que una opción de vida. La locura, y su límite sólo está en la vista de los otros, que son finalmente quienes terminan juzgando nuestras acciones, por y para quienes actuamos de una u otra manera..

Así pues, considero que esa manía de seres sociales, de interactuar es quien termina por poner el estigma sobre la cabeza de aquella pequeña porción en la cual el actuar – pensar dista en buena proporción de la mayoría. Finalmente siempre termina por ganarnos el miedo a los desconocido, a los rincones oscuros en los que tememos meternos.

Puede que algún día, quien sabe si lejano o no, me vuelva loca de verdad, no lo sé, o a lo mejor ya estoy loca sin saberlo, pero por lo menos espero que mi más entrañable deseo de no parecerme demasiado a todos y a todas, y mi mente de naturaleza inquieta me lleven a ser parte de la diferencia, prolongando un poco mi existencia, aun después de la total pérdida de conciencia –la muerte-.